La pulsera de la reina



LA PULSERA DE LA REINA

(Aparece la REINA cabizbaja y triste, casi llorando.)
REINA: ¡Qué triste estoy! No sé qué voy a hacer. He perdido mi pulsera aunque solo es un cordón con bolitas de colores. (llora). Anastasia, Anastasiaaaaaaaa…
ANASTASIA: Majestad, qué llorona está, ¿qué le pasa?
REINA: Anastasia, he perdido mi pulsera.
ANASTASIA: ¿Cuál? ¿La de oro, brillantes y esmeraldas?
REINA: No, mi preferida, esa que no guardo bajo llave, pero que para mí es más preciosa que las otras.
ANASTASIA: Tranquila, Majestad, miramos por aquí y por allá y la vamos a encontrar.
(Buscan por todos los sitios)
ANASTASIA: Bautista, Bautista, Bau-tis-taaaaa…
BAUTISTA: No grites más, ¿qué ocurre, por qué esos gritos?
REINA: Es culpa mía, Bautista, he perdido mi pulsera. En la habitación ya hemos mirado y no la hemos encontrado, vamos al salón, al comedor y al despacho.
         (BAUTISTA, la REINA y ANASTASIA buscan pero no la encuentran.)
BAUTISTA: Qué horror, cinco horas buscando y sin solución.
ANASTASIA: Quiero encontrar la pulsera para poder descansar.
REINA: No sé qué hacer, como sigamos así sin pulsera… (llora).
ANASTASIA: Tranquila, Majestad, que vamos a pedir ayuda. ¡Ramiro, Ramirooooooooooo!
RAMIRO: Anastasia hija, deja de gritar. No sé qué puede pasar para que tan alterada estés.
ANASTASIA: La Reina perdió su pulsera y está muy desconsolada. Llevamos muchas horas, pero no encontramos nada.
RAMIRO: La de platino.
BAUTISTA: No, la de colorines, esa que nunca se quita.
RAMIRO: Pues con lo barata que es, que compre otra y nos ahorra este estrés.
NARRADOR: Buscan por arriba, buscan por abajo, busca que te rebusca… pero no encuentran nada.
(Aparece MANOLO y habla con cara de sorpresa)
ANTONIA: Majestad...
REINA: Antonia, ahora no puedo atenderte, estoy buscando mi pulsera.
ANTONIA: ¿Cuál? ¿Ésta?
REINA: Sí, ¿dónde estaba?
ANTONIA: ¿No se acuerda Majestad que se acercó usted a joyería esta mañana a probarse pulseras?
REINA: ¡Ah, es verdad! ¡Muchas gracias Manolo!
(dirigiéndose a los niños)
REINA: Pensaréis que por muy poco lloro yo. Ya os dije que no es de oro ni de brillantes, pero tiene un mensaje muy importante. Escuchad que os voy a explicar:
         -Esta bolita de color NEGRO son los pecados y problemas.
-La ROJA, la sangre de Cristo que murió por mí.
         -Esta bolita BLANCA es el color de los pecados lavados.
         -Ésta VERDE, la esperanza de la vida eterna.
-Y ésta de color de ORO, representa el color del cielo.
Como veis, esta pulsera me recuerda todos los días lo que soy, lo que espero y a quién se lo debo. Es por eso por lo que le tengo tanto aprecio.


Guión: María del Carmen Galán Luca y Marcos Pastor Galán

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